Entre tantas cosas que acontecen y son silenciadas en la Ciudad de Buenos Aires, una en particular, dejó en evidencia un sistema paralelo de justificación de gastos mediante la utilización de facturas apócrifas en el sistema de salud público porteño..
A inicios del mes de agosto, Tiempo puso en agenda un hecho grave ocurrido en el Hospital Durand del barrio de caballito. La jefa de auditoría de ese centro de salud denunció que usaron su matrícula y una firma apócrifa para justificar gastos millonarios dentro del nosocomio. El sello y la rúbrica falsificada aparecen en más de 700.000 anexos de facturas. Tras la presentación formal de la denuncia, el GCBA encubrió a quien está acusado de haber realizado este hecho ilícito y lo designó como Director Administrativo en el Hospital Zubizarreta ubicado en el barrio de Villa Devoto.
“La verdad estoy muy preocupada y desilusionada porque jamás me hubiera imaginado que a alguien se le ocurra poner el nombre de una trabajadora en cosas que no tenía nada que ver y mucho menos que yo tenga que moverme a Comodoro Py. Encima el GCBA solo decidió sacar de escena a quien truchó todas las facturas con mi nombre y lo derivaron al hospital Zubizarreta, o sea sigue siendo director administrativo de un hospital más chico”, dijo sumamente angustiada a Tiempo Vilma Rebossio, Jefa de División de Auditoría Medica y Control de Gestión del Hospital Durand.

El hecho salió a la luz cuando Rebossio, descubrió que todas las prestaciones que FACOEP. SE (Facturación Y Cobranza De Los Efectores Públicos), que es una sociedad del Estado porteño, reclamaba a las obras sociales o al PAMI. Estas facturas salieron con aprobación de la Auditora del Durand, sin que ella, como máxima autoridad de ese organismo las haya habilitado.
“En las últimas horas hice la presentación de pruebas y salí sorteada en el Juzgado Federal N° 3 de Comodoro Py. Supongo que me llamarán rápidamente”, señaló.
Respecto a la cantidad de facturas apócrifas emitidas por el Director Administrativo del Durand, Rebossio manifestó que eran más de 700 mil las que fueron emitidas con su matrícula y una firma trucha.
Denuncia presentada ante el Ministerio de Salud Porteño
Cabe recordar que la primera denuncia realizada por Rebossio fue presentada en el Ministerio de Salud porteño que conduce Fernán Quirós y al Director del Hospital Durand, Fernando González. Allí dejó asentado el uso de su matrícula médica con firma apócrifa en los anexos II del centro de salud porteño, y respecto al mal funcionamiento del sistema que utiliza FACOEP.
El anexo es la primera parte que constituye una factura: “es donde el médico dice o da fe que tal persona se hizo una radiografía o fue una consulta médica o estuvo internado. Y ese anexo se complementa con otras documentaciones que se llaman DPH y CRG, que eso lo hace la parte de facturación”, agrega Rebossio y termina: “Me gustaría dejar en claro que la firma de los anexos hoy tienen a otra persona asignada, firmas que antes eran mías. Es decir, esos anexos siguen su circuito de la misma manera que cuando me habían asignado a mí o al médico anterior”.
De esta manera justificaba gastos millonarios en el Durand. El Ministerio de Salud no apartó al profesional acusado y lo derivó al Hospital Zubizarreta para que ocupe el mismo puesto.
Entre tantas cosas que acontecen y son silenciadas en la Ciudad de Buenos Aires, una en particular, dejó en evidencia un sistema paralelo de justificación de gastos mediante la utilización de facturas apócrifas en el sistema de salud público porteño..
A inicios del mes de agosto, Tiempo puso en agenda un hecho grave ocurrido en el Hospital Durand del barrio de caballito. La jefa de auditoría de ese centro de salud denunció que usaron su matrícula y una firma apócrifa para justificar gastos millonarios dentro del nosocomio. El sello y la rúbrica falsificada aparecen en más de 700.000 anexos de facturas. Tras la presentación formal de la denuncia, el GCBA encubrió a quien está acusado de haber realizado este hecho ilícito y lo designó como Director Administrativo en el Hospital Zubizarreta ubicado en el barrio de Villa Devoto.
“La verdad estoy muy preocupada y desilusionada porque jamás me hubiera imaginado que a alguien se le ocurra poner el nombre de una trabajadora en cosas que no tenía nada que ver y mucho menos que yo tenga que moverme a Comodoro Py. Encima el GCBA solo decidió sacar de escena a quien truchó todas las facturas con mi nombre y lo derivaron al hospital Zubizarreta, o sea sigue siendo director administrativo de un hospital más chico”, dijo sumamente angustiada a Tiempo Vilma Rebossio, Jefa de División de Auditoría Medica y Control de Gestión del Hospital Durand.

El hecho salió a la luz cuando Rebossio, descubrió que todas las prestaciones que FACOEP. SE (Facturación Y Cobranza De Los Efectores Públicos), que es una sociedad del Estado porteño, reclamaba a las obras sociales o al PAMI. Estas facturas salieron con aprobación de la Auditora del Durand, sin que ella, como máxima autoridad de ese organismo las haya habilitado.
“En las últimas horas hice la presentación de pruebas y salí sorteada en el Juzgado Federal N° 3 de Comodoro Py. Supongo que me llamarán rápidamente”, señaló.
Respecto a la cantidad de facturas apócrifas emitidas por el Director Administrativo del Durand, Rebossio manifestó que eran más de 700 mil las que fueron emitidas con su matrícula y una firma trucha.
Cabe recordar que la primera denuncia realizada por Rebossio fue presentada en el Ministerio de Salud porteño que conduce Fernán Quirós y al Director del Hospital Durand, Fernando González. Allí dejó asentado el uso de su matrícula médica con firma apócrifa en los anexos II del centro de salud porteño, y respecto al mal funcionamiento del sistema que utiliza FACOEP.
El anexo es la primera parte que constituye una factura: “es donde el médico dice o da fe que tal persona se hizo una radiografía o fue una consulta médica o estuvo internado. Y ese anexo se complementa con otras documentaciones que se llaman DPH y CRG, que eso lo hace la parte de facturación”, agrega Rebossio y termina: “Me gustaría dejar en claro que la firma de los anexos hoy tienen a otra persona asignada, firmas que antes eran mías. Es decir, esos anexos siguen su circuito de la misma manera que cuando me habían asignado a mí o al médico anterior”.
Política – Tiempo Argentino