El parabádminton crece como una herramienta clave para la inclusión y tuvo su lugar en Mar del Plata. Allí también se desarrolló un proyecto sobre El Eternauta y hubo un acto de cierre anticipado, aunque la competencia sigue.
La jornada del jueves en los Juegos Bonaerenses en Mar del Plata incluyó competencias de parabádminton para personas con discapacidad, una charla sobre efectos especiales en El Eternauta, y un emotivo cierre con reconocimientos, música y espectáculos que celebraron la diversidad y el talento local.
El día cerró con un acto para poner fin a una serie de actividades que integraron deporte, arte y la industria audiovisual. La programación incluyó una activa jornada de parabádminton para Personas con Discapacidad (PCD), destacando la importancia de la inclusión deportiva, además de una charla con Lanfranco Burattini, coordinador de efectos especiales de El Eternauta. Sin embargo, el evento principal fue la ceremonia de cierre, que mostró talento local y otorgó reconocimientos oficiales, reuniendo a figuras de distintos ámbitos.
El bádminton, un deporte que actualmente «no se conoce mucho», se consolida como una herramienta fundamental para la inclusión social, especialmente a través de eventos como los Juegos Bonaerenses. En una competencia para personas con discapacidad, Luciano Dorte, un joven de 17 años de Lincoln, se consagró campeón, logrando su cuarta medalla. Destacó la dedicación necesaria y dijo que el triunfo fue resultado de «mucho entrenamiento».
Y agregó: «Al principio no sabía ni cómo tirar la pelotita». Hoy, su experiencia lo lleva a recomendar fervientemente la actividad: «El deporte ayuda en todo. Yo tuve muchos problemas y todo, pero me ayudó bastante. Además, conocí mucha gente, muchos compañeros».

En la misma categoría, Luis, también de 17 años y representante del Partido de la Costa, obtuvo el segundo puesto. Hace aproximadamente cuatro años que practica bádminton y comparte la motivación de Luciano para alentar a otros PCD a probarlo: «Yo les digo que se animen, que prueben, porque la verdad es un deporte muy lindo. Yo lo recomiendo mucho». Para él, el deporte le ha permitido crecer y manifiesta su sueño de convertirse en «un jugador a nivel mundial».
Secretos de El Eternauta
Lanfranco Burattini, coordinador de efectos especiales, brindó detalles sobre su participación en la megaproducción El Eternauta, un proyecto que calificó de «enorme» y de gran simbolismo cultural. Explicó que se especializó en trucos físicos o efectos «frente a cámara», diferenciándose del procesamiento digital que se realiza en postproducción. Su rol, que requirió la colaboración de «tres o cuatro empresas de efectos», fue coordinar la pirotecnia, las armas de fuego y las escenas de fuego.
En ese campo, resaltó que el riesgo es una parte inherente del trabajo, asegurando que «el 50% de nuestro trabajo es cuidar el riesgo» y que el otro 50% consiste en hacer el efecto. Para reducir el estrés y el margen de error -que debe ser «muy mínimo»-, su equipo sigue un estricto protocolo de «triple chequeo» y realiza pruebas exhaustivas en el taller antes de llegar al set.
Burattini explicó que el proceso creativo de los efectos físicos abarca desde la simulación de elementos climáticos, como nieve o lluvia, hasta la fabricación de objetos que se rompen de forma controlada, como botellas de plástico hiperfrágil o madera balsa. El técnico debe planificar con precisión cómo y dónde se romperá cada elemento.
En cuanto a los efectos visuales, reveló que «gran parte de lo que vieron se hizo en postproducción», y que la nieve que caía en las escenas no era real. Además, confirmó que los villanos de la historieta, como los cascarudos, «no existen» en la realidad; para su representación, se usaron muñecos de referencia que luego fueron digitalmente tratados. La clave del éxito, aseguró, radica en la preparación meticulosa: «Voy al set y reproduzco. No se inventa nada. Si el efecto sale mal en el rodaje, la hora de trabajo es muy cara», explicó.
Cierre anticipado de los Juegos Bonaerenses
El acto de clausura fue un despliegue emotivo y ceremonial que inició con la convocatoria al escenario de los coordinadores de las distintas disciplinas. Uno de los momentos más conmovedores fue la interpretación del Himno Nacional, a cargo del veterano de Malvinas, Fabio Santana, quien entonó las estrofas con gran pasión. Santana también compartió su talento musical, cantando una canción de su autoría, que compuso junto al «Mono» de Kapanga.
En reconocimiento a la labor institucional, el secretario de Deportes de la provincia, Cristian Cardozo, entregó un diploma al presidente del Comité Olímpico Argentino (COA), Mario Moccia, por su historia profesional y la importancia de su aporte a los Juegos Bonaerenses durante su mandato como director de Deportes de la provincia, entre 1993 y 1999.
La celebración continuó con un show de freestyle protagonizado por diversos artistas y participantes de los Juegos Bonaerenses. El cierre de oro fue un espectáculo de cumbia y baile, ofrecido por El Polaco, oriundo de Lanús, que aseguró un final festivo y lleno de energía. Aunque algunas actividades y finales se realizararán entre el viernes y el sábado, el acto de cierre permitió brindar un espacio de diversión para los participantes presentes en la ciudad.
Durante más de 34 años y con la participación de más de 30.000 finalistas, los Juegos Bonaerenses demostraron nuevamente que el deporte y la cultura son herramientas esenciales para fomentar la integración, el desarrollo y el sentido de comunidad en toda la Provincia.
Deportes – Tiempo Argentino
La jornada del jueves en los Juegos Bonaerenses en Mar del Plata incluyó competencias de parabádminton para personas con discapacidad, una charla sobre efectos especiales en El Eternauta, y un emotivo cierre con reconocimientos, música y espectáculos que celebraron la diversidad y el talento local.
El día cerró con un acto para poner fin a una serie de actividades que integraron deporte, arte y la industria audiovisual. La programación incluyó una activa jornada de parabádminton para Personas con Discapacidad (PCD), destacando la importancia de la inclusión deportiva, además de una charla con Lanfranco Burattini, coordinador de efectos especiales de El Eternauta. Sin embargo, el evento principal fue la ceremonia de cierre, que mostró talento local y otorgó reconocimientos oficiales, reuniendo a figuras de distintos ámbitos.
El bádminton, un deporte que actualmente «no se conoce mucho», se consolida como una herramienta fundamental para la inclusión social, especialmente a través de eventos como los Juegos Bonaerenses. En una competencia para personas con discapacidad, Luciano Dorte, un joven de 17 años de Lincoln, se consagró campeón, logrando su cuarta medalla. Destacó la dedicación necesaria y dijo que el triunfo fue resultado de «mucho entrenamiento».
Y agregó: «Al principio no sabía ni cómo tirar la pelotita». Hoy, su experiencia lo lleva a recomendar fervientemente la actividad: «El deporte ayuda en todo. Yo tuve muchos problemas y todo, pero me ayudó bastante. Además, conocí mucha gente, muchos compañeros».

En la misma categoría, Luis, también de 17 años y representante del Partido de la Costa, obtuvo el segundo puesto. Hace aproximadamente cuatro años que practica bádminton y comparte la motivación de Luciano para alentar a otros PCD a probarlo: «Yo les digo que se animen, que prueben, porque la verdad es un deporte muy lindo. Yo lo recomiendo mucho». Para él, el deporte le ha permitido crecer y manifiesta su sueño de convertirse en «un jugador a nivel mundial».
Secretos de El Eternauta
Lanfranco Burattini, coordinador de efectos especiales, brindó detalles sobre su participación en la megaproducción El Eternauta, un proyecto que calificó de «enorme» y de gran simbolismo cultural. Explicó que se especializó en trucos físicos o efectos «frente a cámara», diferenciándose del procesamiento digital que se realiza en postproducción. Su rol, que requirió la colaboración de «tres o cuatro empresas de efectos», fue coordinar la pirotecnia, las armas de fuego y las escenas de fuego.
En ese campo, resaltó que el riesgo es una parte inherente del trabajo, asegurando que «el 50% de nuestro trabajo es cuidar el riesgo» y que el otro 50% consiste en hacer el efecto. Para reducir el estrés y el margen de error -que debe ser «muy mínimo»-, su equipo sigue un estricto protocolo de «triple chequeo» y realiza pruebas exhaustivas en el taller antes de llegar al set.
Burattini explicó que el proceso creativo de los efectos físicos abarca desde la simulación de elementos climáticos, como nieve o lluvia, hasta la fabricación de objetos que se rompen de forma controlada, como botellas de plástico hiperfrágil o madera balsa. El técnico debe planificar con precisión cómo y dónde se romperá cada elemento.
En cuanto a los efectos visuales, reveló que «gran parte de lo que vieron se hizo en postproducción», y que la nieve que caía en las escenas no era real. Además, confirmó que los villanos de la historieta, como los cascarudos, «no existen» en la realidad; para su representación, se usaron muñecos de referencia que luego fueron digitalmente tratados. La clave del éxito, aseguró, radica en la preparación meticulosa: «Voy al set y reproduzco. No se inventa nada. Si el efecto sale mal en el rodaje, la hora de trabajo es muy cara», explicó.
Cierre anticipado de los Juegos Bonaerenses
El acto de clausura fue un despliegue emotivo y ceremonial que inició con la convocatoria al escenario de los coordinadores de las distintas disciplinas. Uno de los momentos más conmovedores fue la interpretación del Himno Nacional, a cargo del veterano de Malvinas, Fabio Santana, quien entonó las estrofas con gran pasión. Santana también compartió su talento musical, cantando una canción de su autoría, que compuso junto al «Mono» de Kapanga.
En reconocimiento a la labor institucional, el secretario de Deportes de la provincia, Cristian Cardozo, entregó un diploma al presidente del Comité Olímpico Argentino (COA), Mario Moccia, por su historia profesional y la importancia de su aporte a los Juegos Bonaerenses durante su mandato como director de Deportes de la provincia, entre 1993 y 1999.
La celebración continuó con un show de freestyle protagonizado por diversos artistas y participantes de los Juegos Bonaerenses. El cierre de oro fue un espectáculo de cumbia y baile, ofrecido por El Polaco, oriundo de Lanús, que aseguró un final festivo y lleno de energía. Aunque algunas actividades y finales se realizararán entre el viernes y el sábado, el acto de cierre permitió brindar un espacio de diversión para los participantes presentes en la ciudad.
Durante más de 34 años y con la participación de más de 30.000 finalistas, los Juegos Bonaerenses demostraron nuevamente que el deporte y la cultura son herramientas esenciales para fomentar la integración, el desarrollo y el sentido de comunidad en toda la Provincia.